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1. El Chesterfield
El Chesterfield es el rey de los sofás clásicos. Este diseño británico, creado en el siglo XVIII, se distingue por su tapizado de cuero, botones profundos y brazos redondeados a la misma altura que el respaldo. Asociado con la elegancia y la sofisticación, el Chesterfield ha adornado bibliotecas, oficinas y salones de todo el mundo. Hoy en día, sigue siendo sinónimo de lujo y estilo intemporal.
2. El LC2 de Le Corbusier
Diseñado por Le Corbusier en 1928, el sofá LC2 es un icono del modernismo. Con su estructura de acero tubular y cojines minimalistas, este sofá rompió con las formas ornamentadas de su época para apostar por la funcionalidad y la estética industrial. Ideal para los amantes del diseño contemporáneo, el LC2 sigue siendo una pieza codiciada en hogares modernos.
3. El Togo de Michel Ducaroy
El Togo, diseñado en 1973, es un sofá que redefine la comodidad. Con su forma baja, sin estructura tradicional, y su tapizado acolchado y ergonómico, este sofá invita a relajarse de una forma informal y desenfadada. Perfecto para espacios juveniles y creativos, el Togo es un ejemplo de cómo el diseño puede ser innovador y acogedor al mismo tiempo.
4. El Marshmallow de George Nelson
Creado en 1956, el sofá Marshmallow es una obra maestra del diseño pop art. Con sus cojines redondos y coloridos que parecen flotar sobre una estructura metálica, este sofá es una declaración de originalidad y estilo. Es perfecto para quienes buscan un mueble que combine función y arte.
5. El Camaleonda de Mario Bellini
Este sofá modular, creado en 1970, se ha convertido en un clásico gracias a su versatilidad y su diseño escultural. El Camaleonda permite crear configuraciones personalizadas gracias a sus módulos conectables. Su reciente reedición ha renovado su popularidad, convirtiéndolo en una opción favorita para quienes buscan flexibilidad y sofisticación.
